lunes, 26 de agosto de 2013

Guerra conmigo misma.

Llevo catorce años en una guerra que aún no termina, sueño cada día que todo finaliza pero nada es real y todo vuelve a comenzar... Me faltan armas para poder permanecer con vida en esa eterna batalla, una de ellas es la autoestima, justamente la más importante... la fe, la confianza, la esperanza son como mi espada de lucha, tendrían que protegerme pero últimamente no las siento presente.

Los motivos que hay para morir apoyan a la destructiva voz negativa y las razones que hay para continuar a la esplendida voz positiva. Ambas discuten fuertemente en mi mente diciendo cosas desemejantes.
En efecto, ganar o perder depende de la decisión que tome. Huir de los problemas solo los retrasa pero me da más tiempo para pensar en la respuesta y poder construir mis armas nuevamente para que no me maten en el primer combate.

Mientras que la voz positiva me muestra la luz al final del túnel, el arco iris frente a mis ojos la voz negativa me oculta lo maravilloso de la vida, me deja vacía, sin esperanzas...
Hay que escuchar a la voz que más te convenga, no la que grite con más fuerza...


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